Frente de la Escuela Rural "Educación para las Primaveras".

martes, 5 de marzo de 2013

Prefacio

“Ser maestro es fundamentalmente ser investigador,
ser apasionado por la búsqueda,
por encontrar el camino y hacer el camino.
El camino se encuentra caminando”.
Luis F. Iglesias

Este trabajo, aunque teórico, parte de una realidad concreta, de las experiencias cotidianas de poco más de cinco años de labor como docente en una pequeña Escuela Rural ubicada a 20 km. de El Soberbio, pueblo situado aproximadamente a 230 kilómetros de la capital de la provincia de Misiones, sobre la costa del río Uruguay, frente al país hermano de Brasil.

Y es la continuidad de un trabajo anterior de sistematización y reflexión acerca de la propia práctica que he dado en llamar “Educación para las Primaveras, apuntes de una experiencia pedagógica rural en proceso”.

Libro que ha seguido su propio camino, de mano en mano, incluso trascendiendo las expectativas que yo hubiera tenido al escribirlo, llegando a ser declarado de interés cultural y educativo por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación .

Y lo que es mucho más importante, me consta que el relato de las experiencias pedagógico-comunitarias que el mismo narra ha sido utilizado por muchos docentes que se desempeñan en zonas rurales aisladas e, incluso, por otros profesionales que trabajan en similares condiciones de contexto. Personas a las que les resultó de utilidad como referencia para llevar adelante su propio trabajo en el día a día.

Entonces, este nuevo libro surge para dar cuenta de la continuidad del proceso que relata el anterior, actualizando y complementando los análisis teóricos del contexto socio-económico y cultural en que se enmarca nuestro trabajo educativo, y ampliando las propuestas pedagógicas mediante la sistematización de los nuevos proyectos que han ido surgiendo al articular la educación formal con propuestas fundadas en la pedagogía crítica y, principalmente, la educación popular, a fin de brindar una experiencia escolar de calidad para nuestros alumnos y alumnas, como así también para el conjunto de la comunidad.

Así, retomando aquellas primeras sistematizaciones, vuelvo a preguntarme: ¿Qué debe enseñar la Escuela Rural? ¿Qué debe enseñar a aquellos niños y niñas que alternan su escolaridad con largas jornadas de trabajo, en una estrategia de supervivencia que adoptan los grupos familiares de pequeños productores a fin de obtener los recursos económicos que les permitan seguir viviendo? ¿Qué futuro distinto puede brindarles a niños y niñas su paso por la Escuela Rural, si una parte importante de los mismos no seguirá estudiando? ¿Qué cosa diferente se puede hacer cuando es escasa la formación en oficios y la secundaria más próxima está a varios kilómetros de distancia y, además, ofrece una formación alejada del entorno del cual provienen los jóvenes de las zonas rurales? ¿Cómo fomentar la cultura del trabajo, del valor del esfuerzo individual y colectivo, frente al asistencialismo cada vez más fuerte del Estado? ¿Qué postura tomar como docente comprometido frente a esta realidad?

Interrogantes recurrentes y complejos, frente a los que es necesario ponerse en guardia para evitar cualquier tentación de sobre-simplificar el asunto.

Así, con el ánimo de ir buscando y construyendo las respuestas que nos permitan ofrecer una educación integral que posibilite hacer de esos chicos y chicas sujetos autónomos y críticos, capaces de crecer y hacer crecer a su comunidad, centro el análisis principalmente en tres ejes que, a mi entender, no pueden estar ausentes en una Escuela Rural: la educación agraria, la enseñanza artística-cultural y la relativa a las artes y oficios, a los que habría que sumarle la formación en salud comunitaria, adecuándolos al contexto geográfico y socio-cultural en el cuál está inserta la Escuela.

Carácter integral de la enseñanza a través del cual intentamos ir rompiendo la dicotomía entre trabajo intelectual y trabajo manual, ya que la actividad intelectual desligada del trabajo manual aliena y deshumaniza tanto como el trabajo manual ajeno a todo pensamiento.

En este sentido, la articulación didáctico-productiva que en este trabajo se propone se caracteriza tanto por la idea de fomentar en los educandos el sentido de la solidaridad y la cooperación, algo que ya en sí mismo resulta sumamente positivo y eminentemente pedagógico, como por su decidido rechazo a la tradicional enseñanza memorista y verbalista, bancaria al decir de P. Freire.

En síntesis, entiendo que, aunque inacabada, la sistematización de la práctica y las vivencias que en este nuevo libro narro son suficientes para dar cuenta, a modo de ejemplo, de algunos momentos de la vida en la Escuela que pueden, de por sí, contribuir al análisis y la discusión, en la búsqueda de nuevas praxis educativas, ya que “si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia, van cayendo en la rutina, van cayendo en el conformismo y acaban por ser simplemente un recuerdo” .


Por último, con la esperanza de que este libro comience también a recorrer su propio camino y pueda ser de utilidad para muchas personas que, reinventándolo, lo hagan propio, quiero agradecer a la comunidad educativa en su conjunto y a los compañeros y compañeras, amigos y amigas, que a modo personal o desde las diversas ONGs. e instituciones públicas y privadas que vienen articulando solidariamente con nuestra Escuela hacen posible que el Proyecto “Educación para las Primaveras” pueda llevarse adelante.

Maestro Rural Martín Cornell
Colonia Primavera, Misiones.
Verano de 2011 / 2012

1 comentario:

  1. Me interesa mucho conseguir el libro completo de : EDUCACIÓN PARA LAS PRIMAVERAS. Soy de Chiapas , México, el contexto de las escuelas rurales muy semejante a la escuela donde usted pertenece. Digame como descrgarlo completo en PDF o comprarlo en linea. Gracias y bendiciones Maestro. Ya le escribi a su correo

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